Inteligencia Artificial, el tema principal es la capacidad de hacer análisis con datos
La rapidez y el extraordinario cambio de los tiempos debidos a la revolución digital se viven e interpretan de maneras opuestas. Mientras que por un lado se constata su inevitabilidad tratando de preservar principios y valores mediante prohibiciones y objeciones, por otro se siente fascinación tratando de adaptar modelos de vida y de trabajo, de socialización, con la ilusión de la contemporaneidad, la modernidad, la innovación.
Qué es el chat GPT y cómo funciona
La fuerza invasora del Chat GPT de OpenAI, un tema que ha interesado a autoridades, vida pública, intelectuales, directivos y empresarios, ha planteado con fuerza la cuestión de la Inteligencia Artificial, qué uso se puede hacer de ella y cuáles son sus ventajas, pero también las dependencias que de ella pueden derivarse, los impactos en los derechos individuales y en la vida económica del país.
En el contexto organizativo de las empresas, el tema adquiere una importancia estratégica y es la base de la verdadera reflexión que hay que hacer si, de hecho, se plantea el tema de la IA, más allá de las superpotencias tecnológicas, a las empresas y organizaciones públicas y privadas de diversos sectores, el tema es experimental y confuso, abordado extemporáneamente, a veces sin un despliegue claro de recursos.
En realidad, la cuestión primordial que hay que abordar es la capacidad de hacer análisis de datos, lo que anticipa el tema de la IA.
Análisis de datos
Utilizar los datos para la toma de decisiones es una cuestión cultural anticipatoria y significa para las organizaciones hacer de los propios datos una parte integrante de los productos y servicios, de los procesos empresariales, transformándolos y cambiando la forma en que tratan con los mercados, los clientes, realizando así modelos de aprendizaje automático orientados a los resultados.
Para realizar una verdadera analítica de datos es necesario tener una competencia, un modelo de análisis, disponer de una infraestructura tecnológica que sea capaz de comunicar y comprender datos de diferentes entornos informáticos, integrando diferentes softwares y plataformas, una arquitectura informática flexible, abierta a la integración, a la nube. Es necesario tener visiones de estrategia tecnológica para cambiar las organizaciones y los modelos de servicio. Es necesario contar con socios sólidos para identificar las necesidades del negocio, los requisitos, los riesgos.
El factor humano siempre marcará la diferencia
Es necesario replantearse cómo interactúan las personas con la tecnología disponible, y hasta qué punto comprenden su potencial, su valor, la calidad que puede aportar a su trabajo y a sus competencias profesionales.
Es la capacidad de hacer análisis de datos lo que impulsa y necesita ser implementado para luego poder utilizar la inevitable IA con éxito y sin dependencia. Conviene ser conscientes de que la sociedad tecnológica y digitalizada nos envía información por imágenes, flashes de datos, y en este sentido algunos sectores de nuestra sociedad por su propia naturaleza escapan a cálculos matemáticos que, aunque positivos en cuanto a resultados, no mitigan los riesgos, los miedos, las emergencias (como muy bien señaló recientemente el Questore de Milán, Giuseppe Petronzi, ante la emergencia de seguridad de la ciudad).
El factor humano, es decir, las competencias, la creatividad, la comprensión de los fenómenos y acontecimientos, contextualizándolos con un enfoque sistémico, seguirá marcando la diferencia.
Y lo mismo ocurre en Hollywood (incluso Steven Spielberg pone freno a la IA) que en Milán: tenemos miedo del enemigo invisible, buscamos salvaguardas, en cambio debemos, sin renunciar a la analítica de datos, prepararnos para la IA, que, si tiene que ser, seguirá siendo la tecnología que apoye al hombre.
Giuseppe Calabrese, Ceo Secursat para Economy Magazine