Repensar los modelos de gestión de riesgos para hacer frente a escenarios geopolíticos inestables
¿Nos enfrentamos a un riesgo de bloqueo del comercio marítimo y a una posible crisis del petróleo?
Es una pregunta que resuena desde hace tiempo y que hemos escuchado a menudo en los últimos años. La experimentamos en la era de las pandemias con las repercusiones mundiales de la crisis sanitaria, la volvimos a experimentar el año pasado con la continuación del conflicto ruso-ucraniano con el bloqueo de las referencias de gas de Rusia a Europa, y la volvemos a tocar en este 2024 con el efecto dominó desencadenado por la guerra de Palestina.
Tráfico marítimo en el Mar Rojo
Ciertamente, existe un vínculo innegable entre el clima de tensión que el conflicto de Oriente Próximo está provocando en el comercio desde el Mar Rojo y las complejidades logísticas y repercusiones negativas que ya ha tenido en los suministros de todo el mundo. El impacto en nuestro Pease merecería un análisis ad hoc, teniendo en cuenta además que alrededor del 40% del comercio marítimo de importación y exportación de Italia transita desde Suez. Los enormes efectos sobre el comercio internacional y un nuevo e inevitable aumento de los costes, como efecto negativo debido a los cambios en las rutas de los buques mercantes de las principales compañías navieras, son sin embargo ya tangibles y están bloqueando algunos sectores productivos e industriales.
La reflexión sobre la importancia de aprender de las experiencias pasadas surge de forma espontánea, dado que muchas de las crisis de los últimos años han afectado a la gestión logística y a las cadenas de suministro, exacerbando a menudo cuestiones críticas ya existentes que nunca se han resuelto del todo.
Replanteamiento de los modelos de gestión de riesgos
La cuestión reabre el debate sobre la importancia y la necesidad de que las empresas replanteen sus modelos de gestión de riesgos y adopten políticas de continuidad operativa y de negocio que no puedan prescindir de la evaluación de los impactos -no sólo económicos y financieros- de los escenarios geopolíticos. En la adopción de un enfoque capaz de interpretar la gestión de riesgos según un proceso transversal e intersectorial, se pueden sin duda sentar las bases para el surgimiento de la capacidad de recuperación de una organización como elemento estratégico y respuesta concreta a la inestabilidad económica generalizada.
En un escenario altamente competitivo y dinámico, en el que se pierde la confianza en el mercado y en las capacidades supranacionales de gestión de crisis incluso de las grandes organizaciones y partes interesadas, la capacidad de adaptarse a los rápidos cambios en el marco político y socioeconómico y de responder de forma proactiva a sus efectos a escala mundial, es fundamental para las estrategias de continuidad empresarial.
Francesca Balducci, Criminólogo y Security Manager Think Tank Secursat